Hoy hablamos de la dilatación y torsión gástrica, una enfermedad muy grave común en perros grandes.
El estómago se llena en exceso (ya sea de líquido, comida o gas) y esto causa que dicho órgano, gire sobre sí mismo provocando una obstrucción en el aparato digestivo.
¿Cuándo debemos preocuparnos?
- Tiene arcadas, pero por más que intenta vomitar no es capaz.
- Se muestra incómodo, inquieto. No quiere tumbarse ni sentarse.
- Aunque se endurece todo el abdomen, se aprecia un abultamiento en la parte izquierda.
- Aumento de la salivación, el perro babea constantemente y mucha cantidad.
- Encías pálidas, belfos fríos, pulso débil.
Si bien hay perros que son propensos a esto, con algunos sencillos cuidados podemos reducir las probabilidades de que este grave episodio ocurra.
- Controlando el ejercicio físico, nunca hacerlo antes o después de comer.
- Debe comer tranquilo y despacio. Existen comederos especiales para perros con ansiedad.
- No dejar que beba grandes cantidades de agua especialmente tras haber comido.
Es un caso de vida o muerte, hay que acudir al veterinario de urgencia lo antes posible, sin dudar. En muchos casos, se procederá a una cirugía de urgencia. Actualmente hay una supervivencia superior al 70% debido a los avances en cuidados intensivos post-operatorios.